martes, 1 de febrero de 2011

Locuras Tiránicas

Pues bien, mis queridos lectores... he aquí que, cansada ya de darle tantas vueltas al asunto, me he decidido a escribir mis pensamientos.

Durante ya varios años he visto con tristeza el detrimento de la vida en mi país. Y aunque nuestra tierra es hermosa, variada y rica, su población se vuelve cada vez más pobre (en más de un sentido).

Me he puesto a pensar qué podría hacer una persona con en poder suficiente, para cambiar el rumbo de esta situación y reencaminar a nuestro país y a su gente hacia el progreso positivo.

Les adelanto que muchas de mis ideas van a entrar en conflictos con intereses privados, derechos humanos, ideales religiosos, costumbres y prácticas morales, etc... así que por favor, si no soportan la crítica de alguna de estas cosas, absténganse de leer este post o de hacer críticas negativas. Se aceptan, desde luego, consejos y recomendaciones, puntos de vista OBJETIVOS y propuestas ayudadas a encaminar estas ideas al bien de México en su totalidad.

Bueno, ya advertidos, procedamos a enunciar mis ideas locas.

Primera: Un gran problema básico de nuestro país es la SOBREPOBLACIÓN.

Sí, así como lo leen. Ya somos DEMASIADOS. Si no me creen, hagan lo siguiente. Investiguen cuál es el espacio (en m²) que necesita un ser humano para vivir sanamente, luego busquen el área total de terreno habitable en nuestro país y dividanlo por la población total actual que tenemos. Si este resultado es menor al primer dato que buscaron, eso confirmará mi teoría.

Además, si no quieren quebrarse mucho la cabeza, hagan cualquiera de los siguientes 2 ejercicios de memoria:

1.- Acuérdense de su infancia. Revisen en sus recuerdos si eran frecuentes las filas largas para cualquier trámite (incluso para pagar en el supermercado), si los embotellamientos, las horas pico del tráfico y las multitudes eran algo constante en sus vidas entonces. Y ahora comparen sus recuerdos con su vida diaria. Verán que en la mayoría de los casos, hay más de cualquiera de éstas situaciones al alcance de cualquiera, que hace unos 5, 10 ó 20 años. Por último, comparen estos cambios con aquellos que les contara sus abuelos. Y estoy segura que en la mayoría de los casos verán que los cambios que a nuestros venerables ancestros les tomaron medio siglo, a nosotros nos han tomado menos de una década.

2.- Cuenten a su familia. Empiecen por contar a sus abuelos y a los hermanos de ellos. Luego hagan otra cuenta aparte con sus padres y los hermanos de cada uno. Ahora hagan otra cuenta con ustedes, sus hermanos, los hijos de sus tíos, etc. Verán que en cada generación hay más personas por familia que en la anterior (con sus escasas y notables excepciones).

Ahora piensen en una casa. La cada tiene varias habitaciones. Dénle un número de habitaciones a la casa. Ahora conserven fijo ese número. Hagan de cuenta que la familia entera que va a habitar esa casa no puede vivir en ningún otro lugar.
Al principio, la familia empieza por ser constituida por una pareja. Y para ellos solos, la casa es suficiente. Luego van llegando los hijos, las parejas de los hijos, los nietos, las parejas de los nietos... y para cuando la primera pareja muere, la casa está llena a reventar, y sólo se ha desocupado un cuarto. Verán también que todas las necesidades de la casa se multiplican, pues cada persona consume recursos y usa servicios y espacio.

Para mí, ese ejercicio imaginario de la casa es una analogía de lo que le sucede a nuestro país. Cada generación hay más personas que consumen más recursos y tienen más necesidades, pero nuestro territorio no crece junto con nuestra población. Y aunque es muy rico y abundante, llega el día en que no puede dar abasto a las necesidades de todos lo que en él vivimos.

Lo que nos queda es aprender a compartir. Es darnos cuenta de que el progreso de quienes nos rodean, necesariamente se refleja en un beneficio que toca nuestras vidas.

Imaginen una comunidad pequeña, como una vecindad. En ella vive un médico. Tarde o temprano, a éste médico le tocará atender como pacientes a sus vecinos, quienes se verán beneficiados de contar con una persona preparada para cuidar de su salud, aunque ninguno de ellos haya estudiado medicina.

Ahora imaginen que el médico no hubiese tenido estudios ni preparación por falta de dinero y que sus vecinos se hayan negado a ayudarle. La comunidad entera se habría quedado sin personal capacitado para atender emergencias de salud.

Lo mismo pasa con un punto muy importante en nuestro país. La falta de apoyo a los proyectos productivos. Y por el término productivo me refiero no solamente a lo que resulte "comercialmente rentable" sino a lo que también ayude verdaderamente al desarrollo sustentable y al crecimiento cultural de la sociedad.

¿Cuántas veces vemos a personas con excelentes ideas?... sin apoyo, que abandonan sus proyectos por no conseguir quién crea en ellos.

¿Cuántas personas han conocido durante su vida que han decidido estudiar y/o trabajar en cosas distintas a sus habilidades y preferencias?... y terminan en trabajos y carreras que los frustran y a través de las cuales se vuelven mediocres y mezquinos.

¿Cuántas personas conocen que siempre han sabido (con conocimiento de causa) qué quieren hacer de sus vidas (profesión, oficio, etc.)?

Ahora, en cuanto a Educación y Empleo:

¿Qué creen que pasaría si, desde pequeños, se nos enseñara a trabajar, a tener un compromiso, a ser responsables para con nuestra sociedad, a conocer el valor de nuestro trabajo y del dinero que ganamos, a ser trabajadores y personas de calidad, a utilizar los recursos que se nos enseñan en la escuela...?

¿Qué pasará si a esos pequeños, en vez de pagarles con dinero constante y sonante en sus manos, se les beneficiara con depositar ese salario en una cuenta/fideicomiso destinada a cubrir los gastos de sus estudios?

Imagínense cómo se pelearían las escuelas ésas cuentas. Se verían obligadas a impartir una educación de calidad, ya que los alumnos tendrían la oportunidad de elegir la escuela a la que quisieran asistir.

Imaginen además, que el Estado, en vez de dar subsidios a las escuelas, se ocupara de equiparlas uniformemente, de capacitar de manera adecuada a sus trabajadores y de realizas las obras públicas necesarias.

Aquellos a quienes, como a mí, les ha costado el sudor de su frente el pagar por sus estudios, sabrán lo edificante que es el poder decidir dónde estudiar y pedir calidad en el servicio educativo por el dinero con el que lo pagamos.

Así se eliminaría el: mis papás no me pueden pagar la escuela. O el: mi padre quiere que estudie X o Y carrera porque de lo contrario no va a apoyarme. Las personas tendrían que aprender a cuidar su dinero y a valorar el esfuerzo de sus vidas al momento en el que eligen a qué dedicarse.

Imaginen que, al mismo tiempo que estudian, se les integra al mundo del trabajo, a conocer las aplicaciones de las distintas áreas del conocimiento. ¿Cuántas personas tendrían la oportunidad de conocer la actividad económica a la que quisieran dedicar sus vidas?

Yo imagino que estas medidas harían miles de cambios positivos. No les negaría a los niños la oportunidad de jugar, de crecer, de desarrollarse. Al contrario, se podrían explorar áreas del trabajo adecuadas para ellos, así como horarios reducidos.

Los chico podrían entender mejor de qué se les habla cuando se les enseñan ciencias como la Física, las matemáticas, la Química, la Biología, etc...

Ahora pasemos a un tema más escabroso: De nuevo, la población.

Imaginen un país donde todo se regula según los alcances del Terreno.

Es decir, imaginen un país donde se prohíbe esxceder el límite de población que el trritorio puede sostener de manera saludable. No habría embotellamientos, ni altos índices de contaminación, ni sobrecupo en las escuelas. Habría trabajo para todos, ingresos suficientes para todos, alimento para todos...

Imaginen que las construcciones se hicieran basadas en el mejor aprovechamiento del espacio. Que todo fuera funcional. Imaginen un terreno con suficientes áreas verdes, áreas de cultivo, áreas habitacionales, áreas comerciales y productivas, áreas de acumulación y tratamiento de desechos, etc...

Imaginen un México donde al campesino se le dé prioridad en la educación, donde se le respete y se le dignifique, donde su trabajo se valore por lo que en realidad es: la base de la supervivencia de todos los que habitamos México.

Diganme... ¿cuánto terreno de cultivo recuerdan que había cerca de sus casas cuando eran niños.?.. ¿y cuánto de ese terreno se sigue cultivando hoy en día?.

Ahora piensen que todo ese terreno que ya no se cultiva se traduce en menos comida para todos. Si volvemos al recuento del crecimiento poblacional, no sólo nos estamos quedando con menos comida por persona, sino que además, estamos dejando de producir.

Estamos haciéndonos cada vez más perezosos, apáticos y desinteresados. Nos contentamos con sentarnos frente al televisor, la computadora, etc... a vegetar la vida.

Ahora ya no escuchamos a los niños, ni les dedicamos tiempo ni atención. Ya no estamos allí para enseñarles ni para resolver sus dudas. Nos convertimos en extraños incidentales para ellos. Dejamos que la televisión, las escuelas. los videojuegos, el internet y las calles se conviertan en sus maestros, sus compañeros, sus amigos y su familia. Y luego nos preguntamos porqué no hablan con nosotros, porqué no nos hacen caso, porqué desconfían de nosotros y parecen solamente querer desafiarnos y alejarse de nosotros.

Hemos aceptado un mundo que nos estresa y nos esclaviza. Un mundo donde hay horarios de trabajo que nos hace dificil cualquier convivencia fuera de la oficina, ya que pasamos la mayor parte del tiempo en la calle o en el trabajo. Solamente llegamos a casa a dormir. Y aún así la gente tiene hijos. Se olvida de que los hijos son personas, que crecen en un abrir y cerrar de ojos, que tienen mentes maravillosas e inteligentes, que desean y necesitan contacto, convivencia, atención, compañía, orientación, apoyo, etc... y que un día simplemente abrirán sus alas y se irán a vivir sus vidas. Se les olvida esa responsabilidad de formar a un ser humano para hacerlo independiente y contributivo a su entorno.

Pareciera que la gente solo tiene hijos por descuido y desidia, o por querer la compañía de algo como una mascota. Eso me parece egoísta. Y peor aún , tambien hay quienes tienen hijos para esperar que haya quien se ocupe de ellos en la vejez.

Creo que el ocuparnos de nuestros antecesores es una labor de amor, no de obligación.

Día con día veo con más tristeza el abandono que sufrimos los seres humanos, desde la infancia hasta la muerte. Veo con ira e indignación cómo unos cuantos se aprovechan de la necesidad de otros muchos, para condicionarlos a hacer su voluntad a cambio de migajas, llevándose ellos la mayoría de las ganancias, para despilfarrarlas en echar a perder sus vidas y las de aquellos a su alrededor.

Y con cada generación la cosa va empeorando.

Yo recuerdo que cuando era niña (hace como 20 años), los adultos se decepcionaban de nosotros porque deseábamos hacer cualquier operación, por mínima que fuese, en una calculadora, e insistían en obligarnos a practicar el cálculo mental. Si bien, mi generación no se precia de ser una interminable cuna de grandes mentes y genios, creo que al menos podemos hacer cualquier operación con números de al menos 2 dígitos sin requerir se un aparato. Habrá quienes con apoyo de una hoja de papel desarrollen correctamente la operación y quienes logren desarrollarla mentalmente.

Ahora miren a los niños de las primarias. Tienen una increíble pereza para leer. Tienen errores ortográficos con una frecuencia que da miedo. Sus habilidades para redactar y para expresarse verbalmente dan pena. Y ni qué decir de sus habilidades matemáticas... ya ni memorizar pueden.

Ahora tratas de enseñarle un TCG, un RTS, un RPG, o siquiera un juego de mesa a un niño, y te cuesta trabajo. Ya no quieren pensar, ni siquiera esforzarse en ello. Mientras más burda, más tonta y degradante sea una cosa, más les agrada.

¿¿¿Y ESA ES LA GENTE A QUIEN UN DÍA TENDREMOS QUE ENCARGARLE EL MUNDO???

Yo encuentro algunas medidas, como la ley China que prohibía tener más de un X número de hijos, como un mal INDISPENSABLE. Sí, va en contra del "derecho a la vida", etc...

Pero ¿qué me dicen del derecho a tener la oportunidad de tener una VIDA DIGNA, con SUFICIENTES RECURSOS y OPORTUNIDADES?. Creo, en lo personal, que es más meritorio traer al mundo a una persona para garantizarle lo necesario, que para hacerle pasar miserias toda su vida. Creo que es mejor tener sólo la población que pueda compartir lo necesario sin llegar a ninguna carencia, en vez de soportar un mundo innecesario de personas que solo consumen las cosas que otros necesitamos. Creo en involucrar a las personas en el mundo que las rodea, en el beneficio comunitario, en vez de encerrarlas y limitarlas a cumplir con intereses particulares.

En resumen. ESTOY LOCA. Y prefiero una tiranía eficiente, a una "democracia" ineficiente.

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