Estaba justamente pensando en algo que aprendí hace poco...
Algo que, curiosamente, ya había pensado desde antes.
Una conclusión a la que llegaba tangencialmente, y todo por estar sumamente enojada, furiosa.
Y aunque entonces creí estar de malas contra el mundo, contra quien realmente iba dirigido mi enojo era contra mí misma.
Estaba tan molesta, culpando a todos de todo el daño recibido, de todas las consecuencias negativas de mi vida...
De mi ira, de mi dolor, incluso de mi aislamiento y abandono.
Y he de reconocer que fuí YO quien permitió todo eso.
Claro, hice lo que creí lógico, correcto... me esforcé por convertirme en un cierto tipo de persona "aceptable"...
E ignoré en mucho mis propios impulsos, deseos y aspiraciones.
Reconocerlos, clasificarlos, entenderlos y llevarlos a cabo es una ardua tarea, nada fácil, es cierto.
Y aún en la oscuridad de mi monstruoso egoísmo sé que haré daño... mucho daño.
Y también sé que no me disculparé por ello.
Pareciera un acto malvado, y quizás lo sea. Per he aprendido que no debo ni tengo porqué disculparme por el dolor ajeno. Así como nadie debiera disculparse porque yo elija sentirme herida.
Y aunque es agradable saber que hay quienes se sienten tristes porque algo te duela, es no cambia lo que hicieron para dañarte, ni tu decisión de permitir te doliera o hiciera daño.
Mi fuerza debe radicar en mí misma, en lo que puedo hacer por mí.... y ya no en lo que sacrificaría por otros.
Cada quien es responsable de su propia lucha.
Me ha demostrado la vida, una vez más, que conceptos como la lealtad son demasiado altos para formas de vida menos elevadas que aquellos valores, así que ya no tengo porqué esperar cosas como ésa.
Aunque es bien cierto que agradezco la bondad recibida, a pesar de mi ira y frustración... a pesar del daño que decidí recibir... y que no quiero de nuevo en mi vida.
Es triste, pero sé que lo que menos tengo en la vida son amigas. Lo he aceptado y no pienso cambiarlo ahora. Tengo mucho por trabajar en mí como para pensar en personas en quienes no debería invertir mi tiempo ni mis emociones.
Una vez más, abandono un concepto mundano y arranciado por los tiempos modernos. En un mundo sobrepoblado el respeto a la vida y circunstancias de otros se ha devaluado. El egoísmo ha triunfado y la lealtad que se supone debía permitir cierta medida de respeto se ha desvanecido.
Y lo entiendo. La hierba nueva sobrepasará a la vieja y es el modo del mundo. Pero mala hierba nunca muere, y mis pretenciones de poseer un halo sobre mi cabeza fueron solo eso, patadas de ahogada de una creatura que no se daba cuenta que debía amarse así misma antes que a los demás,
Y no me importa lo obvio. Que se protejan. Serán lo que quieran ser, harán lo que quieran hacer, y no espero se disculpen siquiera por ello.
Y YO TAMPOCO VOY A DISCULPARME POR NADA.
ni por cómo se sientan, o reaccionen, o crean de mí lo que quieran creer.
Una vez más, tengo lo que no es convencional.... y ME GUSTA.
Me gusta sea único, irrepetible. Lo acepto con todo el conflicto que genere. Y no daré marcha atrás. Esta vez no me iré a las sombras a lamer mis heridas o por el bien de quienes no quieren molestarse con mi presencia.
Esta vez me escucho a mí, por encima de las voces ajenas.
Esta vez no me compro aquella idea que dice que "estoy equivocada".
Es MI VIDA. Por lo tanto, me corresponde a mí vivirla... y también el decidir cómo he de hacerlo.
Y no permitiré la decidan por mí. No les daré ese poder.
Pase lo que pase y cueste lo que cueste.
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