martes, 12 de junio de 2012

Impresiones

Hoy vuelvo a este, mi blog, con una opinión más, derivada de un post que redacté por pura inspiración del momento. Como siempre, solo vaciando la idea de mi mente de la manera más clara que se me ocurrió entonces.


"Otra cosa que no debo olvidar:




No te compres los problemas de OTROS como propios. 


Ni los vas a resolver (porque no te corresponde hacerlo, y si lo haces no estás ayudando realmente a la(s) persona(s)...


Y cuando veas que no puedes resolverlos, estarás infeliz por algo que NO TE CORRESPONDE."






Y en verdad es algo que he tenido que grabar en mi cabeza, a fuerza de ver que mis esfuerzos por otros generalmente resultan en tensionarme, además de que me distraen de ocuparme de mí misma y de mi vida.

Quizás una ideología aparentemente egoísta me ayude a salir de mi aparentemente perenne amargura.

Además, en el fondo, no recuerdo muchas épocas de mi vida en las que estuviera de fondo dispuesta a ser infeliz por que otros fueran felices.

Quizás ha llegado la hora en que deje de consentir y malcriar tanto a otros al ajustarme a lo que quieren y desean.

¿Qué gano yo con eso?... muchas veces ni saben lo que quieren, ni lo que esperan, o cambian de opinión a los cinco minutos... y yo, tontamente, acabo sintiendo que hice algo mal.

Y la verdad es que CADA QUIEN ELIGE CÓMO SE SIENTE ANTE LO QUE VIVE.

Eso me da responsabilidad sobre mis sentimientos, sí. Y he de confesar que no es algo muy fácil de aceptar y poner en práctica, pero me parece que es cierto.

Y no tengo porqué ir y congraciarme con quien no comparte mi opinión. Por algo la opinión es mía.

Y también sé que mis opiniones no tienen porqué gustarle a todos.

Y por ello tampoco tengo que cambiarla porque no les parezca agradable, adecuada o siquiera correcta.



Sé también que todo esto suena a berrinche infantil. A mí me lo parecía al principio, cada vez que lo penaba, y mucho tiempo luché contra ello, sólo para ser más y ,más infeliz.

Al menos ahora siento que alguien (osea YO) sale en mi defensa ante el disgusto y molestia ajenos, ante aquellas actitudes que siento desean que cambie mi parecer, que me retracte, que pida disculpas y compense el daño hecho por mis ideas.

¡pero si ese daño han elegido sentirlo por su desagrado por mis ideas!... no les afecta directamente más que a su ego o a su visión de cómo quieren que sea el mundo o cómo quieren que reaccione ante las cosas.

Entonces, muy a mi pesar, debo reconocer que son ellos quienes están haciendo berrinche... y que no tengo motivos para seguirles la corriente. No tengo motivos para humillarme porque deseen lo haga y sus egos estén satisfechos por ello.

Es cierto, esto me va a crear muchas divisiones con muchas personas. Pero la verdad es que esas divisiones ya estaba allí, y en vano me esforzaba por maquillarlas de amistad, de compañerismo, de afecto y muchas cosas más que en verdad dudo que sientan por mí.

Al menos habrá mil cosas más que me callaré... aunque algunas las expresaré en su momento, y quizás solamente en donde me sienta cómoda de expresarlas.

He aprendido que no tengo porqué tener contento a todo el mundo, hagan o no un drama por ello.

El mundo tampoco me tiene contenta todo el tiempo, ni tiene porqué hacerlo.

Me encantaría mi entorno fuera distinto, las personas de mi mundo fueran diferentes... (aunque muchas me encantan tal y como son).

Pero en verdad debo aprender a aceptar mi mundo y a cambiar solo aquello que me corresponde.

Sé que seguiré esforzándome por ayudar a los demás a ser felices, en la medida que me sea cómodo. (no voy a mentir en esto... es la forma más honesta que tengo de expresarlo).

Ya si ellos quieren o no ser felices es su problema.

Y si creen que enojándose y/o molestándose conmigo van a lograr algo, lo más seguro es que termine por ignorar su enojo y recordarles ellos son responsables por ello, no yo.

Es cierto, soy necia y terca y me cuesta mucho trabajo reconocer mis errores, y más aún enmendarlos. Pero mis opiniones NO SON UN ERROR. Son sólo eso, opiniones.

Podrá molestarme mucho que no concuerden conmigo, pero no por eso busco que cambien de opinión... (o al menos me esfuerzo un poco en evitarlo).

Y también tengo derecho a molestarme. Quizás no a compartirle mi molestia a otros... pero también hay cosas que pueden no gustarme, por mis propios y muy personales motivos.

Supongo en verdad no me gusta soportar que otros estén molestos conmigo. Mi primer deseo es resolver el problema, en mucho porque me es muy incómodo estar con alguien que está molesto conmigo, y trato de pasar a otra cosa lo más pronto posible... antes de que me moleste yo también y por instinto de conservación inicie un contraataque.

En el fondo, siempre he sentido la molestia de otros, dirigida a mí, como una agresión.

Y de nuevo, esto es solo mi sentir, mi opinión.

Pero ya me estoy hartando de mi conducta de puercoespín. O me dejo herir o hiero a los demás. Creo que debe haber otra solución. Y esa, por el momento, es ignorarlos. Cuando ya no estén molestos y quieran hablar, entonces hablaré con ellos. LO CUAL NO GARANTIZA QUE YO CAMBIE MI OPINIÓN O MI SENTIR RESPECTO A LAS COSAS.

Lo cual es una realidad válida para todo el mundo.

Sí, soy una persona complicada, caprichosa, terca, algo berrinchuda, mandona, metiche y quién sabe cuántas cosas más. Pero en verdad no quiero problemas con nadie, y aunque las soluciones que se me ocurran sean a veces absurdas, radicales, utópicas, irrealizables, poco prácticas o simplemente erróneas,... al menos hago el esfuerzo de pensar en una solución.

Esta vez, en este período de mi vida... después de al menos intentar darle la razón a todo el mundo antes que a mí misma, estoy invirtiendo los papeles. Quiero al menos saber si es algo que debí haber seguido haciendo toda mi vida. Porque es ¡MI VIDA!.

Y en una duda que me parece válida me pregunto: ¿Quién si no YO podría tener la responsabilidad, el conocimiento pleno y la razón al tomar decisiones sobre MI VIDA?.

Y como diría una canción de Mecano:

"Si no gusto, ya sé lo que hay que hacer... que con mis piedras hacen ellas su pared".

Es decir... si no lo compartes, de nada sirve lo ataques con tu enojo... habemos quienes ignoraremos ello y seguiremos haciendo nuestras vidas, con o sin tu molestia.

Y bueno, no me resta más que agradecer la paciencia de quien lea esto. Como siempre, son sólo impresiones, ideas y sentimientos vaciados en este blog. Si a alguien le sirven de algo, al menos habrán contribuido un poco al Universo, jeje.

Y me es más cómodo esto que el papel.

Matta ne!  =)

jueves, 7 de junio de 2012

Reflexiones

Estaba justamente pensando en algo que aprendí hace poco...

Algo que, curiosamente, ya había pensado desde antes.

Una conclusión a la que llegaba tangencialmente, y todo por estar sumamente enojada, furiosa.

Y aunque entonces creí estar de malas contra el mundo, contra quien realmente iba dirigido mi enojo era contra mí misma.

Estaba tan molesta, culpando a todos de todo el daño recibido, de todas las consecuencias negativas de mi vida...

De mi ira, de mi dolor, incluso de mi aislamiento y abandono.

Y he de reconocer que fuí YO quien permitió todo eso.

Claro, hice lo que creí lógico, correcto... me esforcé por convertirme en un cierto tipo de persona "aceptable"...

E ignoré en mucho mis propios impulsos, deseos y aspiraciones.

Reconocerlos, clasificarlos, entenderlos y llevarlos a cabo es una ardua tarea, nada fácil, es cierto.

Y aún en la oscuridad de mi monstruoso egoísmo sé que haré daño... mucho daño.

Y también sé que no me disculparé por ello.



Pareciera un acto malvado, y quizás lo sea. Per he aprendido que no debo ni tengo porqué disculparme por el dolor ajeno. Así como nadie debiera disculparse porque yo elija sentirme herida.

Y aunque es agradable saber que hay quienes se sienten tristes porque algo te duela, es no cambia lo que hicieron para dañarte, ni tu decisión de permitir te doliera o hiciera daño.

Mi fuerza debe radicar en mí misma, en lo que puedo hacer por mí.... y ya no en lo que sacrificaría por otros.

Cada quien es responsable de su propia lucha.

Me ha demostrado la vida, una vez más, que conceptos como la lealtad son demasiado altos para formas de vida menos elevadas que aquellos valores, así que ya no tengo porqué esperar cosas como ésa.

Aunque es bien cierto que agradezco la bondad recibida, a pesar de mi ira y frustración... a pesar del daño que decidí recibir... y que no quiero de nuevo en mi vida.

Es triste, pero sé que lo que menos tengo en la vida son amigas. Lo he aceptado y no pienso cambiarlo ahora. Tengo mucho por trabajar en mí como para pensar en personas en quienes no debería invertir mi tiempo ni mis emociones.

Una vez más, abandono un concepto mundano y arranciado por los tiempos modernos. En un mundo sobrepoblado el respeto a la vida y circunstancias de otros se ha devaluado. El egoísmo ha triunfado y la lealtad que se supone debía permitir cierta medida de respeto se ha desvanecido.

Y lo entiendo. La hierba nueva sobrepasará a la vieja y es el modo del mundo. Pero mala hierba nunca muere, y mis pretenciones de poseer un halo sobre mi cabeza fueron solo eso, patadas de ahogada de una creatura que no se daba cuenta que debía amarse así misma antes que a los demás,

Y no me importa lo obvio. Que se protejan. Serán lo que quieran ser, harán lo que quieran hacer, y no espero se disculpen siquiera por ello.

Y YO TAMPOCO VOY A DISCULPARME POR NADA.

ni por cómo se sientan, o reaccionen, o crean de mí lo que quieran creer.

Una vez más, tengo lo que no es convencional.... y ME GUSTA.

Me gusta sea único, irrepetible. Lo acepto con todo el conflicto que genere. Y no daré marcha atrás. Esta vez no me iré a las sombras a lamer mis heridas o por el bien de quienes no quieren molestarse con mi presencia.

Esta vez me escucho a mí, por encima de las voces ajenas.

Esta vez no me compro aquella idea que dice que "estoy equivocada".

Es MI VIDA. Por lo tanto, me corresponde a mí vivirla... y también el decidir cómo he de hacerlo.

Y no permitiré la decidan por mí. No les daré ese poder.

Pase lo que pase y cueste lo que cueste.