lunes, 25 de noviembre de 2013

CADENAS


Hola de nuevo, mis queridos lectores. Muchas cosas han cambiado desde la última entrada.

Durante este tiempo me ha dado por pensar de manera recurrente en el tema de hoy. Gracias a una pequeña y breve lectura pude por fin darle nombre a la entrada de hoy.

Se preguntarán qué sentido tiene que hable hoy de este tema, cuando quizás no sea para nada congruente con mi estilo ni tenga sentido que alguien como yo, que tanto habla de vivir sin cadenas, elija este tema.




En verdad, tiene mucho que ver con muchas cosas que he pensado. Además, Últimamente ha resonado en mi cabeza la incomodidad de no poder actuar como me nazca. Ya sea por compromiso social, por afecto, por simpatía, por aprecio, etc... el caso es que me he dado cuenta de que no en toda ocasión hago lo que me place.

Al menos, cuando estas situaciones se dan, me gusta pensar que me contengo por algun bien mayor, más importante que mi volluntad en el momento.

He renunciado a mantener caprichos insostenibles, a soportar retos autoimpuestos que resultan absurdos, a demostrar/probar cosas, etc.

Y para pasar el trago amargo derivado de contenerme, me he convencido de que es por "poner mi granito de arena" para que la situación en cuestión mejore.



Hay desde cosas tan simples como evitar responder a algo cuando estoy verdaderamente molesta, hasta dejar de hacer/decir algo que en verdad me nace.



Soy una mujer de pasiones, visceral. Y aunque procuro que mi razón y mi  lógica lleven la misma velocidad e intensidad que mis emociones, no siempre pasa.

Así como el fuego del elemento que caracteriza mi signo, mi voluntad arde, quema y a veces hasta acaba por consumir lo que quiero. Así que alguna forma de mesura debía yo encontrar para intentar contrarrestar el resultado negativo de esto.

Hace poco recordaba lo valiente y decidida que siempre he sido por principio. Cómo nunca me ha costado esfuerzo alguno hacerme notar, hacer oír mi voz o hacer conocidas mis ideas e intenciones.

Claro que en un mundo donde todo el mundo toma sus propias decisiones, el ser como soy no augura garantía alguna de éxito (por ilógico que resulte)

Así que al parecer, en mis años de experiencia en esta senda llamada vida, existe un juego para lograr el éxito, y entre sus reglas, está el secreto.

Y el secreto en sí es algo quizás tan peligroso como la verdad. Hay que tener cuidado con ambos, como todo buen par de extremos, cualquiera en exceso es contraproducente.

La verdad es que no puedo simplemente ir por ahi diciendo lo que ´pienso a todo el mundo, tampoco haciendo saber lo que quiero y mucho menos pidiéndolo. Hay que construir si se desea tener la más mínima dosis de éxito.

Y nisiquiera esto es una garantía sólida.

En fin.

Cadenas y más cadenas me he ido poniendo encima al paso de los años. Y sólo hasta ahora me volví consciente de la dimensión y peso de muchas de ellas.

A partir de ensayo y error, de desear cada vez con más anhelo el lograr hacerlo bien (al menos mi parte), me he ido ajustando poco a poco a un modelo. Un modelo que contiene silencios, esperas, negociaciones y demás elementos que solían desesperarme bastante más que ahora.

Me dió hace algunos años por leer algunos libreo que mucha gente me recomendó por razones y circunstancias diferentes:

- Los hombres son de Marte y las Mujeres de Venus
- Porqué los hombres aman a las Cabronas

Y además, ví algunos materiales sobre las relaciones de pareja.


Finalmente, cada uno creía tener su receta del éxito con garantías.

Lo curioso de todos es que siempre encontré algún tinte sexista y un tamto manipulador en la gran mayoría de ellos.

Un ejemplo burdo viene del libro de Sheryl Argov. Para mi gusto, y en resumen, más allá de buscar rescatar el amor propio de la mujer, termina otorgando una "receta del adiestramiento masculino".

Por algún motivo aún me molesta un poco releer pasajes del libro y sentir que promueve que al hombre se le trate como un perro, permiándole por buenas conductas y castigándole por las negativas, como si se tratase de enseñar al hombre a hacer trucos para obtener lo que quiere.

Y quizás haya quienes se compren felizmente tal trato. Pero me dá por pensar que un hombre verdaderamente inteligente sabrá ver a través de ello, usar el adiestramiento a su favor, obtener lo que quiere y marcharse cuando se aburra de jugar el mismo y cansado juego.

Tampoco fuí muy feliz cuando me trataron como perro e intentaron adiestrarme.

He de reconocer que no soy muy buena reconociendo patrones de conducta cuando estoy involucrada, que me cuesta trabajo leer a las personas y sus intenciones, etc...

En el fondo, mi ego fué lo que me mantuvo intentando superar el juego de hacer X cosa para obtener Y premio. El juego de la zanahoria y el caballo me cansa con cierta rapidez, a menos que la zanagoria en verdad valga el esfuerzo por la satisfacción que brinde a cambio de todo el sacrificio.



"No pierdas lo más por lo menos"



Esta idea viene a colación porque tiene que ver con el porqué acepté leer la "versión masculina" del mismo punto de vista.

De primera instancia me pareció un coco-wash para hacerle creer a la mujer que ella tenía la culpa de todo.

Que el adoctrinamiento femenino sólo produce hombres infelices y que las mujeres tienen que dejar de creer en sus propias recetas de generaciones para tener relaciones duraderas.

Aunque no concuerdo con muchos de los preceptos del adoctrinamiento de género (sobre todo del femenino, que es el que mejor conozco), no quiere decir que esté de acuerdo con que la mujer deba ser la "eternamente inalcanzable chica fantasía", o que deba dejar de lado la confianza que tiene en su entorno (con todo y sus opiniones)

Me parece obvio que una chica verdaderamente inteligente se dará cuenta que quien la ama, lo hará por su autenticidad y no por su esfuerzo.

En fin, esto del amor es un lío, y yo soy otro lío más grande.

Hace poco, con tal de no perder la relación que tenía (de alguna manera) me resigné a aceptar dejar pasar mil cosas, desde una relación indefinida y oculta, hasta a olvidarme de mi curiosidad por otras personas.

Un buen día, alguien me dijo: "Felicidades, le has soportado tantas cosas, que puedo decir que le perteneces"

Es curioso, porque la misma persona, tiempo atrás, se había marchado para evitar forzarme en tal papel.

Supongo habría algún tinte de celos en su declaración, pero me abrió los ojos.

Ya había yo soportado mil cosas en sielencio, sin quejarme siquiera, esperando.... esperando que mi sacrificio valiera la pena, sin confrontarle, sin definir límites... sin hacer que la situación fuese tan seria y determinante como debía ser.

Ya había pasado años de repetir el mismo ciclo, desdibujando cada vez más los límites con cada repetición.

En vez de conservar terreno alguno, lo seguía perdiendo.

Lloré, sufrí, me angustié durante días, etc... antes de llevar a cabo la decisión que había tomado.

Finalmente me armé de valor y confronté mi realidad, muy a mi estilo de toda la vida, muy a la manera en que siempre, en el fondo, he sido.

No perdería nada con definir la situación yo misma, con hacer saber de manera clara lo que quería, cómo lo quería y cuándo lo quería. Si la otra parte decía que no, sólo tenía que definir el límite que se crearía a partir de esa decisión.

Y fué así como terminó mi relación. O al menos, cómo le dí por fin clausura y cierre.

Él no estaba dispuesto a dar lo que yo quería (sin mencionar lo que yo merezco) ni a tratarme como corresponde a la relación que yo quería.

Terminé por darme cuenta que había pasado años tratando por todos los medios que me parecieron los más inteligentes y los mejores, de convencerlo de hacer lo que yo deseaba, quería y hasta cierto punto, necesitaba. Años en los que quizás no hubiera valido la pena ni haberle buscado de nuevo. De todas formas, no iba a lograr lo que quería.

Por algún tiempo obtuve un poco de ello. Pero en verdad habían pasado muchos más días de no obtener lo que quería. Días que, si lo veo desde otro punto de vista, hubiese estado mejor sola.

No me gusta ser así de rencorosa ni arrogante. Agradezco y aprecio las cosas buenas que tuve. El resultado no fué el que yo esperaba, pero tampoco fué malo todo el tiempo.

Al menos probé con mil y un cosas distintas, algunas nuevas XD

El caso es que le encontré utilidad a las cadenas. A ponerme ciertos límites para ayudarme a no sobrepasar los que otros me marcasen. Entendí que no por desear algo tenía que buscar imponerlo, aunque mereciera obtenerlo.

Apún me estoy ajustando a andar entre un límite y el otro. Mis pasiones me llevan a confesarlo todo, sobre todo en cuanto lo siento, a hacerlo todo, sobre todo en cuanto tengo el impulso de hacerlo...

Pero hacer eso es sólo hacerle caso al Caos, al fuego dentro de mí.

Hacer eso es no poder cultivar la planta que tanto quiero, es volverla cenizas con el simple roce de mis dedos.

Necesito de vez en cuando las cadenas que me atan, las que me llevan a pensar antes de hablar, a escuchar antes de hablar y a observar antes de actuar. Si en algo me pongo cadenas, es porque no sólo me importa mucho, como para que me sienta apasionada hacie ello... sino que también lo valoro con toda mi inteligencia... lo suficiente como para esforzarme en tener la mesura adecuada para propiciar que la otra parte involucrada me ayude a cumplir mi deseo. Si tengo cadenas, es para poder convivir mejor con los que me rodean, en lugar de ser una llama que todo lo consume a su paso.

La vida es muy corta para no hacer lo que uno quiere.... pero también lo es para no tener cuidado con lo que uno hace y con cómo lo hace.

Si en algo he crecido en la vida, es en poder decirme a mí misma: Si no se dieron las cosas, no fué por mi falta de esfuerzo.

Y aunque parezca ilógico. Ponerme cadenas, ponerme límites, callar de vez en cuando, sobre todo cuando hay tanto que quiero decir... representa más esfuerzo que sólo abrir la válvula y dejar todo salir...

Pero también guarda la preciosa posibilidad de lograrlo.

Al fin y al cabo, como dicen en Dr. House en algún capítulo:

"You can´t always get what you want..."   (but it does not mean you don't try everything in your power to get it ;) )

Bueno, mis queridos lectores, ya nos veremos luego.

Me ha dado últimanente por la escritura críptica de antaño... la que estaba plagada de símbolos y mensajes.... pero no estoy aún segura de cuánto me dure el gusto ni la motivación :P

En todo caso, espero ya tener menos abandonado este espacio en los próximos días.

PD. Espero subir las imágenes del #ChingomilDaysChallenge que acepté tomar por hacerle compañía a mi querida amiga Kai y por probarme si en verdad puedo dibujar tanta cosa. el resultado me dirá si tengo a´gún talento gráfico todavía jajaja.

See ya! :D

martes, 16 de julio de 2013

Committing to myself

I recently had an epiphany/revelation.

It made me revisit all the concepts i once admitted into myself (all the hopeful ones at least)

And as Metaphysics state, the Universe does not work at random.

According to this, Everything I ever have in life is something assigned to me beforehand, so it cannot be taken away to anyone else or by anything else.

every experience I get to go through is meant to teach me something, a lesson I need to transcend.

And every lesson I go through, I have beforehand planned and asked for, even before I started living this life.

So, I am at no pint dispossessed, abandoned nor rejected.

The place i belong in is within myself, the one I belong with I have already found...

So, what is left is pure positive things: love, acceptance, growth, wisdom, prosperity.

And so, my hopes lie in my present and future, in all I am destined and meant to achieve, all that my effort and energy can make real.

And as the full extent of my capabilities are still obscured to me, I can still get to dream of all I can become, of all I can achieve....

so, basically, the lioness is awake and I'm quite motivated again. :)

Good thing is, this time it is not out of anger :)

lunes, 15 de julio de 2013

Revisitando...

Pues, de nuevo heme aquí derramando en letras mis tragedias personales.

Curiosamente, pareciera que me fluyen con mas urgencia y naturalidad que las historias que voy creando al paso del tiempo.

En fin...

De nuevo, haberme levantado y luchar por lo que amo... y de nuevo, ser vencida por una voluntad ajena a la mía.

Todas las palabras se hacen confusas, las que dijo, en qué orden, en qué momento...

Sólo recuerdo bien que teníamos la intención de estudiar para un examen. Era una amteria relativamente sencilla. Le había ofrecido desinteresadamente mi ayuda para ello y en algún punto, después que entramos a la casa, me preguntó si podía abrazarme.

Un UNIVERSO de cosas se removían intuietas en mi interior en ese momento.

De las pocas que puedo nombrar con claridad, estaba mi deseo imperioso y contenido de abrazarlo, de tocarlo... de sentirlo cercano a mí, como siempre, como mi amado. Por otro lado, estaba aquella fuerza autoprotectora, el miedo. Ese miedo que me contenpia, que me advertía con urgencia que huyera. Finalmente, la razón hizo su aparición para mediar en mi turbulenta mente y en la marejada de sentimientos que me invadían.

Le pregunté el motivo de su pregunta. En algún momento le mencioné que quizás quería abrazarme sólo por costumbre, que yo entendía que lo había acostumbrado a tenerme cerca y que probablemente era algo sin demasiada importancia para él.

Él respondión que no... que había más que costumbre, impulso o instinto involucrados.

Lloramos. Yo tratando de explicarle que no quiero negarle nada y él tratando de explicarme que temía perderme.

Justo en ese momento, mi exhasperada razón pendó: "PUES NO ME PIERDAS, TAN FÁCIL COMO ESO"

Mi razón asumió en ese momento que él tenía todo lo necesario para conservarme, para amarme, para que lográramos alimentar y fortalecer este amor que nos había mantenido juntos durante años, a pesar de todo.

Nos reconciliamos, retomamos la relación y en algún momento, después de que ambos hubimos llorado conmovidos por nuestras emociones, le dije algo que rara vez me atrevía a decirle últimamente: "Te extrañé"

Y por una vez.... le dió gusto escucharlo.

Juro que no sé qué pasa en su cabeza... lo juro. Y a veces quisiera saberlo.

Luego de unos días maravillosos, comenzó a alejarse, como lo había heecho ya con anterioridad.

Parecía que de nuevo yo me convertía en alguna pesada carga, una actividad forzosa que resultaba cansina, carente de mayor aliciente o motivación para realizarla.

La manera en que su mirada se desviaba hacia otras figuras femeninas no sólo me causaba rechazo, sino que obligaba a mi intuición a gritarme que algo andaba mal... de nuevo.

Hasta que llegó un día en que saldríamos con amigos en común... por algún motivo los amigos cancelaron y luego de ello, él me canceló a mí por preferir quedarse en casa a descansar.

no me molestó que necesitara descanso. Me molestó que el tiempo que estaba dispuesto a convivir con otros y conmigo, lo declinara cuando se trataba de estar a solas conmigo.

Me decidí entonces a olvidarme de mi enojo. Conversamos en alguna ocasión no mucho después de ello y mencionó que quería conseguir un regalo para mí. Tomé su iniciativa como una buena señal y en mi alegría sólo le mencioné que no lograba mantenerme enojada con él por mucho tiempo.

Mi intención era mostrarle de una manera distinta mi amor por él. En cambio, le sentí molesto, cansado de tener que hacer cosas por mí, por verme, etc.

La misma distancia y mas o menos los mismos inconvenientes tengo yo para verlo. Y no es por echar en cara nada, sólo por reconocer que entiendo algunas cosas, como que sea pesado pasar alrededor de una hora en la calle para llegar a casa de quien amas, o hacer  el esfuerzo de hacer el recorrido en bicicleta, etc.

Son cosas que por sí mismas a veces no son nada cómodas. Pero para mí, hacer alguna de ellas era algo que bien podía llevar a cabo con tal de pasar tiempo con él.

Le llovió trabajo a cántaros y se vió ocupado en demasía. Preferí darle tiempo y comencé a dejar de llamarle y buscarlo. Prefería no molestarlo.

Si me hablaba, le contestaba, trataba de no ser demasiado extensa aunque moría por tener conversaciones más largas con él... y cuando tardaba en responder, asumeindo que estuviera ocupado trabajando, cortaba la conversación con una amable excusa para dejarle trabajar en paz.

Mi intención no fué dezcuidar la rewlación, sino dejarle cuanto aire necesitara para respirar.

Pero al parecer, aún mis incipientes y desvanecidos enojos fueron motivo de incomodidad para él.

Luego de alejarme un tiempo, habiendo llegado el momento de recibir un pago por un trabajo realizado, me invitó a salir.

Llegamos ambos un poco tarde, yo llegué antes. Durante los minutos que lo esperé, una sensación profundamente ominosa me invadió. Mi intuición me preguntaba: Y si esta es la última cita? y si ya se decidió a dejarte y sólo hace un último esfuerzo, aunque sea sólo por pagarte lo que te corresponde del trabajo?

Hice a un lado la idea... tuve que hacerlo varias veces, pues era un algo recurrente.

Además, ya no sólo tenía en contra a lo que fuera que lo había alejado de mí antes... sino que sus padres y hasta su mejor amigo no veían con buenos ojos nuestra relación.

Tal cosa no habría sido tan importante, si él no pareciera esgrimirla como excusa, y cada vez con más frecuencia.

Finalmente llegó, corriendo tras de mí y abrazándome con esa calidez que me hizo enamorarme de él, esa maravillosa sensación que me hacía sentir que había encontrado ese lugar a donde yo finalmente pértenecía y donde todo estaba bien, aunque el mundo se cayera a pedazos.

Pasamos una velada divertida en un cafecito muy agradable. Me llevó a casa y se quedó a dormir. Aún la intimidad fué altamente disfrutable. Fué cariñoso y me besó como hacía tiempo no lo hacía.

Yo no cabía en mí de felicidad. Parecía que mi distanciamiento había tenido un efecto positivo en su ánimo. Por poco y se me olvidaba que antes de traerme a casa, pasamos a su casa y me dejó esperando en el jardín -supongo para que sus padres no me vieran -y por ominoso que me pareciera el asunto-, en sus detalles cariñosos lo dejé pasar casi desapercibido.

A la mañana siguiente me llevó a desayunar, cosa que no hacía regularmente. Poco después de entrar al restaurante fué al baño y tardó bastante. No sé cuánto tiempo esperé, pero se me hizo eterno.

Me pregunté varias veces si no estaría pasando algo raro, si no estaría al teléfono con alguien o tantas tonterías provocadas por la inseguridad de haber sido abandonada por él con anterioridad...

Finalmente regresó y desayunamos. La pasamos bien, pero lo noté inwuieto y le atribuí su inquietud a las muchas cosas que él tenía por hacer durante el día.

Le acompañé a un trámite en un lugar cuya ubicación él desconocía, pero que yo veía con cierta cotodoaneidad en el recorrido de vuelta a casa en el transporte público.

De allí caminamos un rato, y me dió la sensacióin de que nuestras actividades nos separaban de nuevo. Por alguna extyraña razón sentía el impulso de acompañarle, se pasar algo más de tiempo a su lado... esa sensación que parece decir a gritos que no hay mañana.

Finalmente nos despedimos cuando él tomó su transporte. Sentí más apropiado, para no incomodarlo, darle un beso en la mejilla. Aún así, en esa despedida, lo sentí distante.

Curiosamente, antes de partir, mientras caminábamos, le pregunté cómo se la había pasado conmigo, me respondió que había pasado un buen rato y le respondí que ello me alegraba. Me dijo entonces que se alegraba de haber pasado al menos un rato conmigo.

Días después, al leer una frase escrita por él, poco después que la escribiera, me provocó tantas cosas.... ansieded, desesperación, esa sinrazón de lo absurdo....de lo inesperado que se vuelve fulminante, suando sabes que tue ilusiones se mueren de un solo golpe, negándose a morir...

en resumen, escribió que nuestra relación no estaba funcionando.

Me pareció altament eilógico. Cómo se puede decir eso después de una cita perfecta? (léase en mayúsculas y seguido de cuantos signos de interrogación y admiración sean necesarios para darle un efecto que no creo poder transcribir en caracteres)

Habló conmigo... me explicó nuevamente que me amaba, pero como ama a sus mejores amigos y no de manera romántica. Que se recordó durante la cita besarme apropiadamente, pues no le nacía hacerlo, que aunque la intimidad conmigo era físicamente satisfactoria, ya no sentía una conexión conmigo y eso terminaba por hacerlo sentir mal. Quizás incómodo, quizás culpable, quizás... no lo sé.

Me dijo que al principio me amaba, que en aquel entonces quizá estaba cansado de buscar, que yo era la mejor y que él deseaba entonces que yo fuera a quien él buscaba...


Recuerdo perfectamente todas las señales y todas las cosas que,  pesar de mi desconfoianza por haber sido herida con anterioridad por otras personas y viviencias, me llevaron a confiar en él y amarlo como lo amo.

Yo lo elegí como mi pareja, para toda la vida, sabiendo que podría ser que él no me eligiera, pero con la certeza de que su intención era amarme como yo lo amara.... que quería que fuéramos pareja y funcionáramos.

Yo por dentro moría de sinrazón, de ansiedad, miedo e indignación. Creía haberle dejado en claro que no me debía nada, que jamás había querido ser nada negativo en su vida y que nunca tendría que forzarse a sí mismo a hacer por mí nada que no deseara hacer....

Todos mis miedos antiguos me revisitaron.

Todos los rostros que me habían rechazado antes volvían a mi mente, uno por uno, con sus burlas, sus motivos para recordarme lo insuficiente que era... para decirme que aún no soy ni siquiera suficiente...

Las mil voces que me recordaban la carga que soy... empezando por mi existencia.

Aquella vorágine de rechazo, hastío y abandono.

Todo aquello que había enterrado, a través de mi ira, mi indignación, mi apatía y luego.... a través del amor que sentí.

El único sueño que no había abandonado, el que protegí con todo lo que pude, con todo mi ser... se desmoronaba frente a mí. Y yo sin poder hacer nada para salvarle.

Tanto amor desperdiciado....

Tanto tiempo que pasamos juntos, soñando, construyendo, ayudándonos el uno al otro, compartiendo...

Poder ser tan increíblemente hermosa, agradable, atractiva, divertida y mil cosas más... poder incluso relajarle entre mis brazos, liberarle de las presiones que acumulaba por su actividad... poder darle un poco de paz.... y todo para que al final, se forzara a sentir lo que no siente, y con ello a sentir alguna forma de rechazo por mí, aún teniéndolo todo para ser felices....

Tuvimos lo que tantos otros sueñan lograr, lo que muchos habían desperdiciado por mucho menos...

Él sabe que jamás lo abandonaría, por nada. Yo también quiero casarme una sola vez, y para toda la vida... y lo había elegido a él. Incluso llegué a amarlo de una manera tan completa, que no quiero cambiar nada de él, que lo amo tal y como es, que soy capaz de lo que sea necesario para que seamos felices.... que incluso veía, al cerrar mis ojos, con claridad, alegría y paz, una vida juntos.

No bastaba mi incansable voluntad, ni la suya, no bastaba el amor que le tengo, ni el que me tuviera, no bastaba nada.... parecía que aquella fría y cruel voz en mi cabeza estaba en locierto, repitiendo.... mira de nuevo lo que nunca tendrás, mira la vida pasar, mira el mundo cambiar, porque estarás sola, sin lugar alguno para ti.

Nadie muere de amor.

O al menos nunca he visto un certificado de defunción que cite tal cosa como la causa de muerte.

No me explico cómo pasó... cómo se le olvidó el amor que nos unió, las ilusiones...

No me explico cómo fué capaz de forzarse a hacer algo por mí.

No me lo explico sin pensar que hay alguna influencia ajena a él y a mí que no quier vernos juntos ni felices.

aunque, claro, siempre es más sencillo echarle la culpa a algo más. Siempre es más sencillo creer que aun hay alguna solución... que aceptar que todo haya rerminado.

Y aún así, a veces me ha escrito, tratando de ayudarme laboralmente, y posiblemente en lo económico.

No me explico de dónde, a pesar de haber terminado, a pesar de lo que pasó... de dónde aún le queda esa iniciativa por cuidar de mí.

La verdad práctica es que no nos necesitamos. Hemos vivido muchos años uno sin el otro y podemos vivir separados.

Entonces, porqué buscarnos?

Yo sigo creyendo y sintoendo que nos buscamos por amor. Por un amor romántico, que en sí mismo incluye un amor de familia, de cómplices, amigos, compañeros y tantas otras cosas más...

Entiendo que la vida moderna es tensionante, que la situación que nos rodea a cada uno está lejos de ser lo que considerásemos cómodo o ideal... que muchas cosas se ven difíciles, oscuras y a veces un tanto imposibles....


Entiendo que la vida no es color de rosa ni sabe a miel sobre hojuelas todo el tiempo.

Pero, de allí a renunciar del todo a la felicidad que lograríamos?

Yo no puedo.

Si lo hiciera, acabaría como mi madre, un ser al que veo andar gris y triste por la vida, una vida en la que ya nada la emociona de verdad, en la que cada sonrisa es un acto de generosidad para con los demás, para evitar preocuparles con su insondable e inagotable cansancio y tristeza.

Yo no quiero una vida sin ilusiones, pero... la última que me queda viva... la última que protegí con cuanto pude... parece irse muriendo.

Y yo, por dentro, con ella

La única esperanza que me queda es el futuro.

Ya que tengo muy claro y de muchas maneras, que es él a quien amo. Y que con él está mi lugar....

Y que lo único contra lo que no me atrevo, ni puedo luchar, es contra su voluntad.

Y para completar el ciclo de lo incomprensible... tampoco entiendo porqué siento con tanta certeza que me llama, que me necesita, que me ama... y siento como si fuera una voz desgarradora, ahogándose en una vorágine de lo que hay en su interior... de lo que nunca me habla y probablemente no me hablará jamás.

Quizás, al perder esta, otra de mis ya no sé cuántas vidas de gato que me quedan (si es que aún me queda alguna), he perdido la escasa razón que me quedaba.

Me encuentro en un ciclo raro desprovisto de motivaciones, en el que mis lágrimas de acompañan al dormir, al despertar, y durante el día.

Tal vez en agún punto lo perdí, y no me dí cuenta, tan como en esa última cita no me dí cuenta de lo infeliz que él estaba a mi lado....

Tal vez, el hombre que me amó, murió ahogado en el mundo que dejó en pié al hombre que no me ama.

Al hombre que, curiosamente, pareciera no poder soportar escuchar lo que dice mi corazón, ni decirme de frente lo que siente el suyo.

Y en lugar de enojarme, tan sólo alcanzo a indignarme, antes de que el dolor me vuelva a ahogar por dentro en lágrimas por derramar, en un mar de tristeza que parece no tener fin, hasta que me sea devuelto el hombre que amo... y que me amaba.

Me siento como si  se me hibuera dado algún objeto significativo, del cual no tengo conciencia, y de me hubiese echado a un ambiente en blanco, vacío, desprovisto de cualquier sentido de dirección o referencia alguna... me siento como flotando en la nada, yendo hacia la nada y logrando nada.....

Siento lo que se siente cuando ya nada tiene sentido.

Y como nadie muere de amor, supongo me repondré de esto, de alguna manera. Habrá que darle tiempo al tiempo y ver qué pasa. No sé a dónde voy, y muchas veces no sé ni qué hago...

sólo espero no volverme de piedra, no ser una cosa triste y gris que no tiene ya motivos para sonreír de veras... una cosa que espera pacientemente el final... el final que no llega.


Quizás un día pueda leer esto y reírme, quizás un día sea feliz.

Quizás... pero no lo creo.

Escribo todo esto sólo para desahogar mi memoria y evitar olvidar algo que pudoiera ser importante.

quien sabe si un día lo olvide, como ya he olvidado tantas cosas.

domingo, 24 de marzo de 2013

Desde la página en blanco.

Quería sentarme a escribir de nuevo.

Y entre mil ideas locas que se me ocurrieron para escribir, no logro concretar ninguna el tiempo suficiente en mi cabeza, como para plasmarla en este lienzo, bosquejándola con letras, dibujándola con palabras y dándole vida con párrafos.

Supongo la metáfora, la alegoría y el código extraño que habita mi cabeza seguirán siendo mi idioma textual.

Quizás termine únicamente plasmando el mensaje, la historia, la idea....

Y tal vez, al final -ya sea por esperar o por callar- todo siga igual -aunque también puede empeorar-.

supongo -o asumo- que mejorará lo que deba mejorar... y habrá tantos cambios como sean necesarios.

Y aunque de algún modo sea comprensible, aunque tenga justificación... es tan complejo.

Supongo quizás debería comenzar a escribir por el principio, y ya se me ocurrirá algún modo de hacerlo, para traer catarsis, para sanar, para poder transmutarme y emerger renovada, de algún modo.

Y ahora... a servirme otra taza de café... que me acabo de dar cuenta que ya me acabé la que tenía cuando empecé a escribir esto.

Nos veremos pronto, mis lectores  =D