viernes, 25 de diciembre de 2009

cuando el tiempo vuela

Es curioso darse cuenta de cómo cambia la percepción del correr del tiempo según el momento en el que se encuentra uno.

Recuerdo que de niña me daba una enorme prisa por crecer, por avanzar en la escuela, por adquirir auntonomía e independencia, por tomar decisiones más grandes, más trascendentales... en fin, por lograr tantas y tantas cosas nuevas que parecía tan cercanas, tan grandiosas y tan inalcanzables.

Y así, con el lento transcurrir del día a día, aprendí a vivir las semanas en rutinas monótonas y aburridas, buscando siempre el instante presente en que la felicidad y el disfrute me llevaran lejos de la agonía de tener que seguir contando regresivamente el tiempo tan largo que me quedaba por esperar para que mi vida fuese tan distinta como soñaba que sería cuando creciera. Y me esforcé tanto y tantas veces en alargar esos instantes, que logré vivir solamente en ellos, el resto del tiempo se me hizo un detalle borroso, algo a lo que me acostumbré a no ponerla tanta atención... como cuando escuchas un sonido por tanto tiempo, que se vuelve "Ruido Blanco"...

Hasta que por fin, un día, comencé a mirar hacia atrás, a ver todo lo que habái pasado en los pocos años en lso que me había vuelto tan distraída... en un abrir y cerrar de ojos, mi infancia había transcurrido, y había dejado aún muchas cosas sin disfrutar realmente en esa quietud de mi mente.... y me esforcé entonces por tratar de recuperar el tiempo perdido... siendo quizás más infantil de lo que debería haber sido entonces...

Y luego vino la adolescencia, y el tiempo que dejé correr para hacer la prepa... el convivir casi siempre con gente menor que yo, con gente cuyas aspiraciones y logros no iban encausados hacia donde yo siempre supe que quería (y creí que debía) llegar... me perdí de nuevo, esta vez por unos preciosos e incalculablemente valiosos años.

Quise entonces consolarme en lograr poco a poco mis metas, sabiendo que, en realidad, la única persona con quien contaba de maneera absoluta y sin cabida a posibilidad alguna de fallo era yo misma.

Y no es que sea ingrata y no quiera reconocer el invaluable apoyo que siempre he tenido de mi familia y de mis amigos, así como el de incontables personas que me quieren y que han creído en mí y me han ayudado. Es sólo que, realmente, la única persona a quien me siento con el derecho de exigirle cuanta ayuda se me ocurra es a mí misma, ya que cada quien debe ver primero por sí mismo, luego por los suyos, etc... hasta donde le alcancen los recursos y la energía.

Volviendo al tema... cuando menos me he dado cuenta, ya tengo más de 20 años, y mi vida laboral está por tocas a su fin en pocos años... y yo no he logrado trascender ni hacer carrera como es debido, ni siquiera para alcanzar el nivel de vida, de independencia y de autonimía (por no hablar ya de autosuficiencia) que siempre he deseado lograr.

Entonces es cuando me cuestiono, ¿Cuándo va a ser el día que lo logre?... ¿Cuándo voy por fin a lograr mis metas?.. ¿Cuándo voy a tener lo que se necesita para lograrlas? Y me refiero a las cosas materiales y quizás a algunos otros recursos que necesito para llevarlas a cabo.

Y de pronto, llega un momento en el que la vieja idea de dejar de preocuparme y mejor ponerme a hacer las cosas que necesito hacer y concentrarme en mis deberes y en el presente se hace notar.... y me vuelvo a perder durante algun tiempo en una dulce rutina, donde mi mundo es lo suficientemente cómodo como para no sentir de manera tan inmediata la necesidad de cambiar las cosas...

Y ese conformismo es lo que me enferma... es a donde no quería llegar, es ver que las cosas no se logran de inmediato, ni en poco tiempo, es ver que me va a costar mucho más tiempo y esfuerzo del que me es cómodo lograr las cosas...

Y luego viene la frustración y mi necedad de encontra un modo de resolver lmis problemas de tal manera que no me sienta agotada ni miserable...

a veces quisiera escapar a donde pudiera volver a comenzar, donde solo tuviera que caminar paso a paso, para construir mis metas... olvidando que ya he perdido mucho tiempo... que mucha gente más joven que yo ya lo está logrando, y que me estoy quedando bastante atrás...

Lo más etraño es cuando veo que eso le sucede incluso al chico más desprendido y despreocupado, a quien amo profundamente: mi Kumo.

Y me pregunto si realmente saldremos juntos de esto... o si solo saldrá cada quien por su lado, sin compartir esa etapa de la vida que quizás nos ayude a afianzar más la relación que compartimos...

Es realmente extrano cómo hasta los problemas son más agrabables, son más sencillos de sobrellevar y a veces hasta más factiblñes de resolver, cuando estás acompañado, sobre todo de alguien a quien amas.

en fin, ya veremos qué sucede después.

See ya!.

FELICIA

1 comentario:

  1. Gabs. Yo tengo más de 30 y aún no alcanzo mis metas, es más... ni se cuáles son!!! Tampoco tengo a alguien que me ayude a sobrellevar los problemas o que me haga ver que el cielo es rosa de vez en vez; debería decirte, con todo, que en esta vida, nuestra unica meta es simple: ser mejores que nosotros mismos cada día. Sí, la competencia en realida es contra una sola persona, nosotros mismos. Te aseguro que pocos sabrían llevar tus problemas del modo en el que tú los has ido superando poco a poco. Ánimo niña... tu meta no es tener más estudios o más dinero. Es algo que va más allá de esas cosas materiales. Un abrazo.

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