lunes, 27 de agosto de 2012

Despedida

Hoy... vuelvo a hacer lo que ya no quería hacer aquí, pero sigue siendo éste espacio mi válvula de escape.

Hoy... hoy no sé ni qué día es... sé que es a fines de Agosto porque esperaba que este fin de semana en que comenzara Septiembre, lo viera de nuevo, como siempre, llenos de amor.

El fin de semana pasado estuve llena de angustia... sospechando lo que hoy, finalmente sucedió.

Y es que, cuando el Universo te manda tantas señales, es difícil no leerlas.

Y no, no quiero pensar que casi 5 años hermosos -con sus interrupciones breves- hayan sido "tiempo perdido".

Hoy terminamos mi Nube y yo una relación que sé nos hizo felices. No termina el amor, porque ese no se detiene, es como es y lo que es.

Y sí. SIEMPRE he creído y tenido fé en que tenemos lo necesario para hacer una vida juntos.

Quizás sea porque en el fondo, quiero creer que eso es algo que no me está negado.

Y en parte, es también porque lo amo. No sólo ha sido la relación más larga de mi vida hasta ahora... sino que ha sido, en mucho, la más profunda y completa.

Y no... no estoy buscando consuelo en los brazos de algún Don Juan. No  quiero una relación que sirva de parche de endorfinas a mi corazón roto.

Construimos miles de recuerdos juntos, muchísimos de ellos felices.

Me quedo con lo mejor de todo eso. Me quedo con el amor que sentimos.

Con todo lo que hizo por mí. Su protección, sus cuidados, su preocupación por mí, sus enseñanzas, los ánimos que me dió, la paciencia que me tuvo... sus incomparables abrazos, sus besos, sus caricias... su amor.

La incomparable alegría que trajo a mi vida.

A mí me es muy sencillo ver todo aquello por lo que ha sido lo mejor que he tenido.

Nunca sabré qué hice para merecer tantas cosas buenas. Tantas cosas que no creo haber tenido de nadie más. Cosas reales... duraderas.

Todo lo que me hacía creer que era posible una vida en pareja.

Quizás no vuelva a estar tan cerca de algo tan maravilloso. Pero en serio, le deseo lo mejor.

Deseo que su vida cambie, que progrese, que logre todo lo que ambiciona logra, que su alegría sea inagotable y se multiplique.



Quizás esto es Karma.

Quién sabe.

Yo personalmente me resisto a creer que sea retribución celeste por algo que haya hecho.

Me quedo yo. Dejo de ser gatita y vuelvo a ser Leona.

Dejo oír mi rugido a los cuatro vientos, La Luna ilumina mis noches y mi camino, y el Sol anuncia mi llegada, envuelta en mi manto cubierto de estrellas. Extiendo al cielo las alas que había cortado, alas negras, fuertes, para surcar el firmamento.

Sólo el tiempo dirá qué será de mí, de él... de nosotros, si es que eso será.

Me despido con amor.

Gracias por todo este tiempo maravilloso, que sé viví de prestado.

TE AMO.

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