lunes, 24 de septiembre de 2012

TAN SOLO PIDO



Letra:
Me quede sin tu mirada
Sin darme cuenta la soledad
Me despertaba

Te esperé como siempre en mis sueños
A que llegaras
La madrugada me recordó
Que ya no estabas

Tan solo pido que todo sea como antes
Besar tu frente y abrazarte

Tan solo pido
Que tu recuerdo me haga sentir vivo
El tiempo pasa voy muriendo y necesito estar contigo
Tan solo pido
sentir tus manos cundo llegue el frio
Recuperar lo que ayer sin merecer
Nos arrancó el destino

Yo creí tenerlo todo
Solo a quedado un recuerdo gris
Y un cielo roto
Sigo aquí enmudeciendo
Mi alma que grita por ti
Mirando al cielo
Hoy no te tengo

Tan solo pido que todo sea como antes
Besar tu frente y abrazarte

Tan solo pido
Que tu recuerdo me haga sentir vivo
El tiempo pasa voy muriendo y necesito estar contigo
Tan solo pido
sentir tus manos cundo llegue el frio
Recuperar lo que ayer sin merecer
Nos arrancó el destino

Solo pido
Que tu recuerdo me haga sentir vivo
El tiempo pasa voy muriendo y necesito estar contigo
Tan solo pido

Me quedé sin tu mirada
La madrugada me recordó
Que ya no estabas...

lunes, 17 de septiembre de 2012

enanitos verdes tus viejas cartas letra



Curiosamente recordé esta canción una noche, caminando en solitario.

Y hoy, más que ayer, cobra sentido.

Sigo queriendo regalarte lo mejor de mí.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Viaje Astral

Me veo en la necesidad de escribir esto, antes de que lo olvide.

Todo es curioso, como sacado de alguna película de animación o algo así.

Es misteriosos y enigmático.

De nuevo, en uno de mis locos desvelos temporales por insomnio, en una noche sin estrellas, soñé.

Soñé desde mi tristeza en mi despierta lucidez, serenándome poco a poco, preocupada por cómo me ve el mundo ahora que me falta el amor que creí sería mi "para siempre", hablando con el Universo en quedas palabras, buscando y pidiendo si infinitamente sabio consejo. Poco a poco me sumí en un profundo sueño, abrazando a Nova y a Micho, como todas las noches, en mi ahora solitaria cama. No sé si lo soñé o era verdad, pero cual vapor, pequeñas emanaciones de algún suave humo blanquecino se elevaban al infinito.

Dormí, y en aquel estado de suave trance soñé con un lugar que por alguna razón creí era un barco sobre un inmenso mar, donde muchas otras personas y yo seguíamos las instrucciones y consejos de un ex-militar, el cual era un hombre de fuertes músculos y ampla experiencia, que por alguna razón juzgué como un hombre sabio.

Nuestra actividad consistía en trepar hacia el cielo, a través de una bruma que de alzaba a pocos metros sobre nuestras cabezas.

Mientras otros lo hacían sin gran esfuerzo, cual trepando en cuerdas invisibles, yo me asía a una soga gruesa y resistente, que ligeramente serpenteaba hacia el infinito de la bóveda celeste. Era de noche, quizás ya bien entrada la Luna a su Cenit, aunque no podía verla, sólo se asomaban algunas estrellas, las más pequeñas, brillando tímidas, a observar la aventura de aquel grupo de personas, todos aventureros, encaramándose hacia el cielo.

El ascenso extrañamente me costó menos trabajo al subir por aquella cuerda que misteriosamente se movía sinuosa como serpiente, pero al mismo tiempo inofensiva y serena. Los demás me miraban con un tanto de aprehensión, cual si mi cuerda que inexplicablemente se erguía hacia el profundo cielo nocturno fuera a desplomarse sin razón alguna. Y yo confiaba, cual niña pequeña, con aquella fe y certeza que sólo dan la inocencia y el amor en ciega confianza.

Y mi cuerda no se desplomó.

Fui quizás de los primeros en llegar a una pequeña extensión de verde pasto que conocía bien. Era como una sabana diminuta, verde y alto pasto creciendo por doquier. Era la cima de aquella montaña de mi niñez, en la cual podía encaramarme a los árboles cuando era pequeña y sentirme libre y en paz, tanto como para dormir pequeñas siestas en las ramas de sus gigantes sabios y serenos, que cantaban al viento el murmullo de sus hojas, que me servían de mantra y canción de cuna. No necesitaba un Titanic. Desde aquellas pequeñas cimas yo me sentía la criatura que vencía al mundo que pretendía aprisionarme, robarme la libertad que me daba mi infantil imaginación.

.Sobre la verde y alta hierba descansaban por la orilla Sur, y hacia el Oriente, una manada de Leones jóvenes, machos y hembras por igual. La mayoría los rodeó con cuidado. Yo no. Yo, cual si fuera alguna encantadora de leones, me mezclé con ellos, a saludarles cariñosamente, cual si fuese una más de ellos, cual si nunca hubiera dejado de ser parte de aquella enorme manada.

Y apareció mi fiel compañera de casi toda mi vida joven. Mi adorada Manchas. Mi querida mascota que estaba conmigo siempre. Era ágil y feliz como en sus mejores días, alegra y cariñosa, sin miedos. Corría por la orilla de aquel lugar y luego hacia mí, jugando a las carreras como antaño lo hiciéramos cada noche, cuando llegaba de la escuela y salíamos a pasear. Los demás trataban a la manada con respeto y reverencia, cual si les temieran y no se atrevieran a siquiera incomodarles en su lugar de reposo.

Yo, en cambio, aunque sabía que se disponían a dormir y buscaban cada cual su lugar para descansar, me acerqué a las demás personas, pues me llamaba para irnos. Ya era hora de regresar. Me despedí cariñosamente de algunos de los leones que encontraba a mi paso, y aunque más de uno protestaba, ya fuera porque les interrumpiera al acurrucarse para dormir, o por mi partida, con cariñosas despedidas les calmaba.

Fue entonces que pensé: Esto ya lo he hecho antes.

Ni Manchas ni yo nos queríamos ir. Aunque sabíamos que debíamos hacerlo. No quería tampoco despedirme de ella, y curiosamente tampoco aparecieron en aquel viaje astral ninguno de mis gatos que alguna vez fueran mis mascotas. Darme cuenta de ello me entristeció un poco.

Desperté sobresaltada, pues percibí un aroma conocido: Pasta de dientes. Recordé me había cepillado los dientes en el baño antes de ir a dormir... y desperté sobresaltada, con la necesidad de escribir mi sueño antes de poder olvidarlo. Miré hacia mi ventana. Aún era de madrugada. Quizás no habrían pasado ni dos horas desde que me dormí.

Otra noche triste sin dormir, sin paz.

Pero sé que este sueño significaba algo, y mientras me acomodaba para dormir de nuevo, guardando en mi memoria cuanto pudiera de este sueño, me dí cuenta que sin mirar mi cuerpo, me sentía cual si habitara el cuerpo de una Leona, dispuesta a acurrucarse y dormir la necesaria y reparadora siesta, tranquila, cual si estuviera en mi territorio, mi dominio.

Pero sabía que en la realidad, yo ya no dominaba nada, que tan sola como me veía, todos me juzgaban pequeña e indefensa, digna de lástima, impotente ante un mundo que parecía devorar a quienes se quedan solos e indefensos... como yo.

Sabía nadie veía a la Leona en mi interior, que todos de alguna manera se compadecían e mi tristeza y abandono. Que todos, al igual que yo, querían verme en un dulce y seguro "para siempre"... aunque no lo dijeran textualmente.

Y soné de nuevo. Soñé que podía hacerle trampa al mundo y ser todo lo que no se supone que soy., acumulando documentos, información, experiencia, para mostrarles su error de juicio sobre mí y sobre mi circunstancia.

curiosamente ese sueño tampoco ayudó mucho.

Desperté de nuevo con el sol en mi cara, olvidada la sensación de la confiada y poderosa leona en mi cuerpo. El calor del Sol me incomodaba y su luz me ahuyentó, cual si no debiera yo de estar allí, cual si la noche, oscura, fría y nostálgica fuera mi verdadero elemento.

Me sorprende despertar tan temprano y no tener más que responsabilidades que atender. Rutinas. Cosas que me empeño en hacer con energía, si no con gusto, para mantenerme ocupada, para ser productiva...

Para no pensar ni sentir, en la medida de lo que me es posible, esta triste mezcla de incertidumbre, ansiedad y abandono que siento.

Perdí mi cielo, mi "para siempre", y siento que fue por no ser suficientemente buena para ello.

Perdí la cosa más convencional y única que he tenido y querido jamás.

Y mi mundo pierde todo sentido, toda cohesión, sin ello.

Una parte de mí ya lo ha dejado ir, con todo el poco aplomo y dignidad que le queda.

La otra parte aún se pregunta qué haré.

No quiero una vida de rutinas vacías, donde sólo espero desaparecer.

Ya he estado antes allí, antes de conocer a mi Nube, y no quiero volver. Me basta mirar a mi madre y abuela para ver lo triste de aquella existencia.

Pero tampoco encuentro mi alegría, ni mi pasión. Todo se me ha quedado a medias con su partida.

Quise lo más convencional, de quien no es convencional para nada.

Y era feliz en esa dicotómica contradicción.

No creo haberme conformado simplemente. Nada me parece tan bueno como lo que tuvimos.

Miraba a parejas más entradas en años, y quería llegáramos a ser viejitos juntos. Verle a diario al despertar...

Y todo eso es ahora polvo en el viento.

No sé a dónde voy y siempre tengo la impresión, la sensación, de que me hace falta, de que todo es incompleto sin Él.

Pero sigo adelante.

No quiero verme sola y abandonada, resignada a mi soledad.

No después de haberle conocido y haber compartido un hermoso paraíso.

Pero no puedo hacer todo esto sola. Falta que él haga algo por rescatarlo. Y no lo ha hecho aún. Quizás nunca lo haga.

No quiero existir triste. No encuentro nada que me parezca mejor que él. Y no es como si me la hubiera pasado buscando. Es sólo que aquello que se me aproxima no es él, ni es de mi agrado.

Me he visto en la necesidad de recordarle a otros lo que significa "especio personal".

¿Porqué el mundo parece no entender qué me hace falta?

Porqué pareciera decirme que mi mundo es oscuro, pequeño, triste, sin chiste, y que no soy más que una pequeña cosa gris que nadie mirará como un vitral, lleno de color, para amarle?

¡Es que el amor murió en este mundo?

Es acaso que el único amor humano que me queda es el de lo poco que conservo de lo que alguna vez fué mi familia?... ese par de personas maravillosas que ahora sólo esperan irse de este mundo?

Es acaso tal existencia lo único que me queda por delante?

A dónde fue toda la magia, la creatividad, los sueños.... a dónde se fue mi amor?

Acaso la luz de mi Luna, tal cual como sucede en el universo, es prestada por el Sol de mi vida, y sin su luz no soy más que roca gris y fría?

No me he desencantado del amor. Lo conocí plenamente y luché con todas mis fuerzas por mantenerlo vivo, aunque quizás fracasé.

Pero en verdad, cual el mundo de Daria, el mío es pequeño, enfermo y triste.

Sólo me falta que cuando me compre por fin mis lentes, me vea igual a ella, jaja. (Ironía)

Mi madre siempre me dijo que le recordaba a mí.

Y bueno, mis queridos lectores. Tengo quehaceres pendientes.

Gracias por leer mis desvaríos de nuevo.

Espero escribir algo creativo pronto y remover algunas tristes telarañas de por aquí.

Les debo al menos un par de sonrisas en sus rostros y alguna aventura épica.

Dream of kittens!!!  ^_^


noches sin Luna, días sin Sol

Me siento sola.

Estos días, a pesar de haber recuperado mi sentido del humor, mi apetito, mi capacidad para concentrarme en algunas cosas y hasta un tanto de mi creatividad... no es suficiente.

Me sentía tan segura a tu lado. Tenía un hermoso cielo... un paraíso. Lleno de sonrisas, de alegría, de ilusión y esperanza.

Sentía que había triunfado.

Teníamos ya una semblanza de una vida en pareja.

Podíamos dormir juntos. Nuestra vida íntima era genial. Nos disfrutábamos tanto...

Podíamos desayunar, comer y cenar juntos. Disfrutábamos del rol, del cine, de la lectura, de las caminatas y paseos... de aquel inolvidable campamento en Las Granadas...

Tu familia y la mía, nuestros amigos, nuestros mundos compaginaban tan bien.

Podía salir contigo a todas partes...

Pudimos comernos el mundo... juntos.

Pudimos haber tenido una hermosa familia. Un hogar lleno de risas y amor.

No importa a dónde mire o en dónde busque. Sé que es a ti a quien busco, sé que es la calidez de tu abrazo, el calor de tu cuerpo, el sabor de tus besos y la profundidad de tu mirada, inexorable y llena de amor lo que persigo.

Me siento tan vacía sin ti. Es un hueco enorme, un abismo que me queda por dentro sin ti.

Pudieron haberme pasado tantas cosas en tus cortas ausencias... y nada era mejor que tú para mí.

No sé si este amor ya estaba muerto desde hace mucho.

Pero tu cariño, tus atenciones, tu protección me decían siempre que me amabas.

No supe ver que te perdía... o que quizás ya te había perdido.

Nunca me gustó que en cada una de tus crisis personales, yo saliera sobrando.

No me gustaba sentir que no era suficiente para ti, ni con toda mi genialidad, mi locura, mi alegría o mi hermosura... que ni todo mi amor podía traerte a mí.

Que no te llenaba.

Me moría por hacerte feliz, por impulsarte, motivarte y ayudarte, por acompañarte en cada paso del camino, por estar ahí cuando necesitaras a alguien...

Y el darme cuenta que de nuevo yo sola sostenía un amor, de nuevo imposible... me es devastador.

No encuentro la manera de salir adelante emocionalmente sin ti.

Te extraño, te necesito a mi lado... y no encuentro la manera de tocar tu corazón y tu vida como tú tocaste mi vida y mi ser.

Extraño tus caricias, tus abrazos, tus besos, tu mirada y hasta tu voz. La manera en que siempre me arrancabas una sonrisa, los momentos en que me hacías cosquillas o me enfurruñabas, para sonreír de una forma tan espontánea, divertida y cálida.

Nunca me gustó hacerte sentir que yo era una carga. Siempre quise darte lo mejor de mí y me atormentaba que no fuera suficiente.

Y ya nada me es suficiente sin ti.

Me haces falta, de una manera terrible.

Miro mi vida sin ti en ella y me parece tan poca cosa. No puedo evitar sentir que con tu partida perdí algo muy importante.

Estos ataques de ansiedad que me dan por no tenerte a mi lado, ahora que te has ido... amenazan con volverme loca, y en un sentido nada agradable, debo decir.

Un amigo me dijo que no necesito un hombre a mi lado.

Pero me sigues haciendo falta.

En cada paso que doy, a donde quiera que miro, veo un fragmento de nuestra vida juntos... y no me hago a la idea de haberte perdido. De haber perdido un amor tan grande y hermoso como el que tuvimos.

Fueron años hermosos. Y creí que conducían a una vida aún más bella.

Y no puedo creer que se haya terminado así, de una forma tan abrupta,aunque haya pasado tanto tiempo en el que te fuiste alejando.

Me dijiste la última vez que nos vimos, antes de que te decidieras a irte de mi vida, que no querías sentir que me descuidabas.

¿Y cómo le llamas entonces a abandonarme así?

No entiendo cómo este adiós sea tu modo de cuidarme.

Habría sido tal vez más sencillo para mí (aunque no mucho, debo decir) si hubieras sido un patán.

Pero todos tus cuidados y cada cosa buena que hiciste por mí me decían que me amabas, que querías mi bienestar. Que querías estar conmigo, que añorabas que siguiéramos juntos.

Debo aceptar que era muy cómodo estar a tu lado. Nos complementábamos de un modo tan natural... era tan sencillo estar a tu lado, a pesar de lo insegura que a veces pudiera sentirme de que te quedaras a mi lado.

Era estar motivada y animada a darte cada día algo que valiera la pena. A darte al menos en pequeñas dosis, lo mejor que tenía para ofrecer.

No quiero pensar que no me hayas valorado.

Aunque también sé que debemos madurar y cerrar círculos. Que tenemos que elevarnos por encima de nuestra comodidad para hacer nuestras vidas.

Sólo no quiero perdamos este enorme amor, esta posibilidad de una hermosa vida juntos...

Sé que prefieres pelear tus batallas solo.

Y no sabes cómo te admiro, cómo te veo. No es que seas mi ídolo absoluto, pero valoro cada paso que das y el esfuerzo que cuesta cada uno de ellos.

Te deseo lo mejor. Y eso no evita me sea insoportable imaginarte siquiera con otra. Con alguien que te llene más que yo. Que alguien pueda darte más de lo que yo te dí.

Supongo es un algo muy egoísta de mi parte.

No quiero para mí alguien que no sea mejor que tú.

Y no sé dónde ni cómo encontrarlo... o si ese alguien, si es que existe, me vaya a hacer caso.

Mi cama se siente vacía sin el calor de tu cuerpo, mis sábanas carecen de tu aroma... Y a mi almohada le hace falta tu presencia.

Había olvidado, en estos dulces años, lo que era sentirme sola, tan limitada...

Me pregunto cuáles son mis alcances sin ti, sin la sombra protectora de tu amor, de tu inagotable sonrisa, sin la fuerza de tu carácter...

Y no quiero sonar dependiente, en serio.

Te dí un lugar, tu propio espacio en cada rincón de mi vida. Te acogí entre mis brazos, sin la idea de separarnos jamás.

Todo habría sido tan diferente si desde el principio hubiéramos elegido hacer de esto algo mucho más ligero, más pasajero.

Pero me dí la oportunidad de amarte por completo. Con todas tus virtudes y defectos.

Y te amo como jamás pensé amar a nadie.

Y no sé qué hacer con tanto amor ahora que te has ido.

Y es que este amor no puedo repartirlo. Es tuyo. Es para ti.

¿Qué hago yo ahora con todo esto que tengo atorado, que clama por tu amor para ser completo?

¿Qué hago conmigo?

Me siento tan miserable, tan triste, tan... reducida.

Me siento tan vacía.

Quisiera acercarme, llamarte, buscarte...

Quisiera recuperarte.

Pero no estoy segura de lograrlo, por más que quisiera, porque no puedo leerte.

Porque sé que hay tantas cosas que te guardas y que quizás nunca sabré.

No sé si sólo te hartaste de mí, si te aburrí, si en verdad necesitabas tanto alguien imposible, inalcanzable, alguien que te sorprendiera todos los días mucho más de lo que yo jamás logré hacerlo.

Temo acercarme y que terminemos de amigovios o qué se yo... donde sólo sea un algo que usas cuando estés de humor, mientras yo aún te amo tanto...

No quiero nos faltemos al respeto, o terminemos por eliminar hasta la más mínima semblanza de amistad o cordialidad que pudiéramos mantener a futuro.

No sé si voy a poder conformarme con tenerte en mi vida como una más de las muchas personas satélite que hay en ella.

No sé qué hacer sin ti.

Sólo sé que me queda hacer una vida sola, salir adelante, sacar gastos, poder cubrir mis responsabilidades para conmigo misma y para con mi familia.

Pero ya nada me es suficiente sin ti.

¿Qué puedo hacer para enamorarte de mí como yo te amo?

Quizás todo, quizás nada.

Supongo con el paso del tiempo superaré esto.

Me tomó más de 2 años y muchos tropiezos y parches fallidos el superar una relación de sólo meses, antes de conocerte.

Y con los hermosos años que compartimos, no tengo idea de cuánto tiempo me tomará reponerme de tu partida, aceptarlo y dejarlo ir.

Algo me dice que tanto amor que tuvimos no es para nada, que merece que luche con todo mi ser, que este amor tiene un futuro brillante, un final feliz que es para siempre, donde estamos juntos.

Y no sé si sólo son mis locos desvaríos.

En verdad me siento perdida.

Y lo único que tengo cierto es cuánto y de qué manera tan sublime y hermosa te amo. Que eres el amor de mi vida, hasta ahora.

No quiero que mi voluntad de luchar por ti termine después de sólo dos semanas... Tengo aún esa imagen linda con Zack y Aeris, que tanto me recuerda a nosotros, juntos y felices, como siempre debimos estar. Y ya no sé si es condena o promesa feliz. Ya no sé si me amas o no, o de qué manera me quieres.

Sólo sé que te amo y que eres el hombre de mi vida.

Que sin flores, sin los típicos detalles románticos, tuvimos todo lo más importante y lo más difícil de lograr en una relación, y que quiero compartir nuestras vidas juntos.

Pero ya no sé cómo hacerlo.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Lecciones del cine

Hoy le llamé a mi buen amigo Yordi para felicitarlo por su cumpleaños, siguiendo una tradición que iniciamos hace años, de ser los primeros en felicitar al otro por tal ocasión tan especial.

Y luego me dirigí al cine, a ver a Erick, otro de mis entrañables amigos de una época altamente caótica y difícil de mi vida.

Fuimos a ver "Ted", una película que habla de la vida de un hombre y su entrañable amigo de toda la vida: su oso de peluche.

Suena a algo sin sentido, tedioso y probablemente muy infantil en primera instancia, pero hay que ver la película de principio a fin para poder entender su mensaje, contado en el gran estilo del creador de la serie "American Dad" y de "Padre de Familia" (Creo también de "Losa Simpsons" pero de esto último no estoy segura.)

Pude ponerme en los zapatos de la novia del protagonista, y entender incluso al mismo protagonista. He tenido amigos como el oso... y los quiero muchísimo.

Pero si algo aprendí es que se necesita de dos para hacer una relación duradera, sin tener que renunciar del todo a los amigos de toda la vida. Aprendí que madurar no significa tener que dejar atrás todos tus sueños de los primeros años, ni tampoco la magia de un deseo sincero.

Que con amor y voluntad verdaderos, siempre es posible salir adelante.

Y que no hace falta tener una vida exitosa según los cánones establecidos, para poder tener una vida perfecta y disfrutarla.

Quise, de nuevo, un final feliz... abierto a que sea aún más feliz y divertido, más pleno...

Pero sé que tengo que construirlo con mis propias manos.

Sé bien que el orgullo no es la respuesta, pero sí la dignidad, cuando algo se fractura. Que hay que tener valor para reconocer los errores propios y enmendarlos, sin perder la personalidad y estilo propios.

Y sé que voy a lograrlo. Sé que lo que ha de ser para mí, simplemente será, ayudado por mis logros y mi voluntad. Nutrido por mi amor, que gracias a mi Nube es inmenso, infinito como el cielo.

Hoy creí ver una estrella moverse, y a las demás con ella (Y no, no fumé).

Pedí el deseo más grande y bello de mi vida hasta ahora... y en verdad quiero se cumpla.

Y reitero....

QUÉ HERMOSA PELÍCULA!!!       ^_^

Espero la disfruten, mis queridos lectores, si llegan a verla.

El chico me recordó tanto a mi Kumo... que en ocasiones estuve a punto de llorar y en otras reí y sonreí con verdadero gusto y amor. Lo amo tanto como la chica de la película ama al protagonista... y aunque suene un poco tonto y un tanto soñador... reafirmó mi esperanza de lograr lo que siempre quise con él.

Supongo en verdad me enamoré.

Buenas noches!!!

Sueñen con gatitos        ^_^

domingo, 2 de septiembre de 2012

Trazando el Curso

He empezado a hacer cambios en mi vida.

Aunque pequeños y graduales, aunque parezca un proceso que se desarrolla muy lentamente, estoy construyendo una constancia.

El camino a recorrer se vislumbra ante mí, y contra  todo pronóstico pesimista, sigo emprendiendo mi camino con ánimo y entusiasmo. Pero sobre todo, con esperanza y fe.

En alguna parte de mis desvaríos y sueños, sé que hay uno de infinitos futuros posibles para mí, el cual quiero se realice.

He visto señales en el cielo y en la tierra, en las personas y en mi interior.

Quizás no sean más que alucinaciones y autoengaños para algunos, pero para mí son una dirección concreta.

Y si bien mi motivo más fuerte es el amor, este amor no sólo se dirige a mi Nube, sino también a mí misma y a las personas que me rodean, tanto de mi familia, como mis amigos y las demás personas que de alguna manera se han vuelto cercanas a mí.

Sé que en estos días hay caos y alegría en mi vida.

Aunque también ha habido incertidumbre, dudas, angustia y desesperación. Me siento en la necesidad de alejarme de esas emociones que no me permiten avanzar y a raíz de las cuales me siento encerrada en una jaula a la que no se le ve salida.

Adoro a mi madre, pero su cansancio, depresión y pesimismo ocasionales, no son benéficos para mí. Le tengo cariño a mi casa, que es mi refugio, pero tampoco me beneficia estar encerrada. He redescubierto el gusto por salir, mirar el cielo, apreciarlo y admirar su belleza. Me gusta un poco más cada día el mundo que me rodea. Aunque tiene muchas imperfecciones, también tiene muchas cosas hermosas.

Sé que ha pasado mucho tiempo en el que me quedé inmóvil, pero el tiempo que queda frente a mí lo puedo aún aprovechar en movilizarme y construir ese futuro mío que quiero para mí. Y aunque no todo depende solamente de mí, quiero hacer mi parte y hacerla bien. Y aunque fracasara en mi intento, me quiero levantar de cada caída e intentarlo de nuevo. Cada error y fracaso tienen alguna enseñanza, y como lo dijo alguna vez un inventor: "Descubrí muchas maneras de cómo NO hacer lo que quería lograr, hasta que por fin lo logré"

Esta es mi inspiración, mi frase motivadora.

Sé que no se puede forzar todo en la vida, pero se puede hacer todo lo posible por hacer realidad los sueños. Es algo que todo soñador desea hacer, y lo que los sueños nos piden.

Un sabio amigo mío ha hablado mucho últimamente de este tema, y concuerdo con él.

Él también dice que la música es la única verdad... y le creo.

Es un bálsamo liberador, que inspira al alma a impulsar al cuerpo y la mente a lograr realizar los sueños.

Y como alguna vez me dijera alguien:

"Lo voy a intentar con todas mis fuerzas".

Yo voy a hacer precisamente eso.